durabilidad
La cerámica es un material muy resistente. No es sólo que su superficie permanezca inalterable frente al rayado, es que además ni se deforma ni se marca. En cambio, un suelo vinílico te exigirá protecciones y cuidados frente al calor y objetos ásperos o en punta.
Además, el suelo vinílico va a limitar la modularidad en tus estancias. Tendrás que colocar protecciones bajo los muebles si no quieres que la fricción estropee el suelo. Afortunadamente, con un pavimento cerámico te olvidarás de esto.
No olvidemos tampoco la facilidad con que se puede limpiar el suelo cerámico. Resistirá sin ningún problema el uso de productos de limpieza, que suelen ser ligeramente abrasivos.
armonía en suelos y paredes
Lograr una coherencia visual en suelos y paredes es fácil aplicando pavimentos cerámicos en ambas superficies. Tus espacios serán armoniosos y, además, suelos y paredes quedarán protegidos gracias a la resistencia y cualidades técnicas de la cerámica.