El proyecto, resultado directo de impulsar procesos de investigación que permitan aplicar soluciones más sostenibles en la arquitectura contemporánea, parte de un compromiso adquirido con este campo por la ‘Cátedra Cerámica’.
La ‘Cátedra Cerámica’, respaldada por Ascer (la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos) y enmarcada dentro de la Red de Cátedras que esta asociación ha puesto en marcha en todas las Escuelas de arquitectura de toda España, tiene como principal objetivo fomentar una conexión directa entre la industria cerámica y los estudiantes de arquitectura, brindando a estos la oportunidad de conocer mejor este material para que puedan integrarlo en sus futuros proyectos.
Con este motivo impartía de nuevo un curso encaminado a innovar en cuanto a formatos y propuestas se refiere. Una formación que llegaba con esta a su 20ª edición, y que persigue una mejora de prestaciones en formatos ya existentes, además de una exploración de estos en aplicaciones más vanguardistas, algo que permite unir la creatividad arquitectónica con la versatilidad de la cerámica.
Así las cosas, este curso, los alumnos combinaban piezas cerámicas con células fotovoltaicas para construir, entre otros elementos, pérgolas, celosías, mobiliario urbano y cubiertas capaces de captar la energía solar y reconvertirla. Entre todos los proyectos destacaban tres.
El primero desarrollaba un elemento constructivo capaz de resolver de forma eficiente la integración de la captación solar en un sistema de fachadas con piezas cerámicas extrusionadas, una captación llevada a cabo por medio de estas mismas piezas, las cuales contaban con un diseño muy depurado, lo cual facilita grandes combinaciones estéticas con excelente eficiencia energética.