Normalmente, hay unas recomendaciones de colocación en cada uno de sus elementos, en el caso de los muebles de baño suspendidos una de las premisas que debemos considerar es la altura a la que vamos a colocarlo. Ésta suele estar entre los 80 y los 90 cm.

Por otra parte, al hablar en párrafos anteriores de las ventajas que nos aporta este tipo de mobiliario nos referíamos sobre todo a la facilidad que nos ofrecen a la hora de la limpieza en la parte inferior, dejando al descubierto una zona de suelo de difícil acceso con otro tipo de mobiliario.

Los cajones totalmente extraíbles, y el cierre amortiguado de estos suponen un extra que colabora de lleno en la mayor durabilidad del mueble. Siempre elegiremos materiales con un tratamiento hidrófugo, aunque podemos elegir diferentes acabados y efectos, madera, mármol, piedra natural, etc… a cuya función práctica (son resistentes, duraderos y fáciles de limpiar) hemos de añadir la decorativa, una virtud que puede llegar a convertirlos en la pieza protagonista del aseo. Para encimeras y lavabos usaremos cerámica, mármol, solid Surface, etc…

Para terminar, has de saber que los colores claros, suaves y las soluciones atemporales, junto a estilos limpios, sencillos y que transmiten relax, te darán siempre una mínima garantía de éxito a la hora de conseguir un ambiente acogedor, algo que siempre se verá potenciado si añades una columna de almacenaje vertical.

El almacenaje vertical suspendido, las conocidas columnas de baño, resultará el complemento ideal para nuestro mueble de baño. Es una opción exitosa que transmite una sensación visual despejada y que, habitualmente se presenta en conjunto con el mueble principal, por lo que tu sala de baño tendrá mucho que ganar en estética.